domingo, 13 de enero de 2013

Pulsiones

¿Qué mecanismos explican los efectos de la música en nuestro cerebro?
Numerosos estudios científicos han puesto de manifiesto la influencia y los efectos de la música  en los  seres vivos. Sabemos pues, como un determinado tipo de música puede calmarnos o por el contrario excitarnos.
El musicólogo y filósofo Julius Portnoy ha descubierto como la música puede cambiar las tasas metabólicas, aumentar o disminuir la presión arterial, variar los niveles de energía de manera positiva o negativa dependiendo del tipo de música. Puede aumentar la secreción de endorfinas por el cerebro y de esta manera producir placer o relajación. 
El cerebro clasifica el sonido en bandas de frecuencia, en intensidades y duraciones y sólo está interesado en cambios y contrastes. Un sonido igual y constante termina por no oirse  gracias a la adaptación de los receptores y a un proceso inhibitorio llamado habituación.
El cerebro participa activamente en el camino que recorre el sonido filtrando y modificando esta información auditiva. La corteza auditiva primaria se concentra en los tonos aislados, mientras que la corteza auditiva secundaria, es la responsable de la relación entre varios tonos simultáneos analizando a su vez las relaciones armónicas entre ellos.
Se ha podido comprobar que el hemisferio derecho del cerebro, atiende a los aspectos  melódicos de la música y el izquierdo a los aspectos rítmicos. Las estructuras del sistema emocional encargadas de procesar las emociones en el hemisferio derecho se activan con la música, siendo este hemisferio también más sensible a  la armonía.
La melodía no es una simple secuencia de tonos, sino que varían de frecuencia y acento provocando diversas reacciones y sensaciones en el cerebro. La combinación de melodía, ritmo y armonía, forman la música. (Fuente: Conferencia del Profesor F.J.Rubia en la Academía de Medicina-16 de abril de 2009).

Neurona


Masaru Emoto, un investigador japonés, hizo un experimento que demuestra el efecto de la música. Fotografió microscópicamente moléculas de agua de distintas fuentes  congelada a -25º C , y después fotografió moléculas de agua tras ser expuestas a distintas palabras y música, comprobando así, que el agua formaba diversas estructuras. El agua destilada expuesta a música clásica, adoptó formas delicadas y simétricas, mientras que expuesta a música heavy,  en lugar de cristales se crearon estructuras caóticas y fragmentadas.
Nuestras células están compuestas por un alto porcentaje de agua, moléculas que sufren transformaciones de acuerdo a las vibraciones que reciben ¿somos entonces conscientes de  cómo la  música afecta a nuestro cerebro y por tanto a otros órganos de nuestro cuerpo?.

Molécula sometida a música clásica
Molécula sometida a música heavy


1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante!!!!!